Evan y Mavin corrieron hasta Deryck. Mavin se arrodilló en el suelo y trató de alcanzarle estirando el brazo entre los barrotes, Evan parecía más preocupado de la forma de sacarlo del lugar.
La decoración era demasiado extravagante: había insectos exorbitantes sujetos en las paredes, con alas puntiagudas y formas peculiares; plantas de un verde ocre que se enredaban entre sí y parecían mostrar una escena siniestra, a Evan le pareció ver que representaban un árbol estirado en medio de otros que yacían muertos; más allá, suspensas del techo, unas esferas oscuras se mezclaban con la sombra y desprendían una luz humeante... Todo era demasiado extraño, por no hablar del chirrido procedente de algún rincón de las vísceras de aquel árbol bajo el suelo que pisoteaban sus pies.
- ¡Deryck, Deryck! ¿Quién...? ¿Cómo has llegado hasta aquí? - suplicó Mavin esperando hallarle con vida. Éste levantó la mirada desde el suelo en el que había permanecido los últimos días, no conocía a Mavin, pero a Evan sí, y, cuando sus ojos contemplaron su rostro, aterrorizado se arrastró al otro extremo de la jaula.
- ¿Qué? - se extrañó Evan - ¡Soy yo, Evan! Ya sé que tú y yo no empezamos con buen pie, pero, creeme, Deryck, no es momento...
- ¿Qué te pasa, Deryck? - suplicó de nuevo Mavin.
Él sólo la miró profundamente y dijo:
- No te creas nada.
Evan consternado se acercó a él y echándole en cara su actitud dijo:
- Está bien, si lo que quieres es que me vaya, ¡mira que bien, me he ido! - concluyó habiéndo caminado más allá del umbral de la puerta y cerrando ésta con fuerza.
Mavin se quedó sola con Deryck.
- ¿Cómo puedo sacarte de aquí?
- Sólo conozco una forma y es trepar hasta esos picos puntiagudos, y cada vez que he lo he hecho he vuelto aquí dentro.
- Está vez saldrá bien.
- No, lo creo.
- Hazlo, Deryck, Avril vendrá pronto.
- ¿Avril? - sus ojos se iluminaron.
- Sí, Avril debe de estar cerca.
Deryck trepó como las veces anteriores. Consiguió salir, aunque se clavó una punta en el muslo, que ahora sangraba lentamente.
- Déjame ver esto.
Deryck descansó la pierna extendiéndola sentado sobre el suelo. Evan entró por la puerta y se acercó a él.
- Quiero que se vaya...
- No te va a hac...
Evan no esperó a que acabará, lo agarró por el cuello y lo lanzó contra la pared. El impacto despertó a todos los insectos y a todas las plantas, que se abalanzaron hacia el estrepitosamente a la vez que el humo surgía más y más espeso desde lo alto.
- ¿Qué haces?
Evan le profirió lo siguiente:
- ¡Tú no deberías estar aquí, humana! - y le soltó un puñetazo que le desfiguró la cara, a la vez que se quejaba en un berrido.
- ¡Qué leches...!
Mavin pudo ver como Deryck se retorcía a la vez que los insectos hacían estragos por su cuerpo y las plantas lo elevaban para devolverle a su jaula.
Mavin se levantó y se lanzó contra todos ellos; y cuando lo hizó, con una fuerza impropia, todos se apartaron ardiendo en llamas.
Evan la asestó otro golpe y voló hasta la pared.
- Eres una humana bastante extraña - dijo Evan -. ¡Ahora, muere!
Evan lanzó el puño con todas sus fuerzas contra la cara de Mavin, pero, cuando este se encontraba a escasos centimetros, ella imploró:
- ¡¡¡Piski- paski-piski!!!
Evan murió en el sitio con aquellas palabras.
Más tarde, Deryck y Mavin descubrieron que no se trataba de él, era un demonio como Knowles que había encontrado la forma de atormentar a Deryck adoptando el cuerpo de Evan.
Ambos salieron de la sala malheridos. Cuando se abrió la puerta, el verdadero Evan estaba de espaldas mirando al horizonte.
- Ya era hora - bostezó.