Desde su habitación de hotel, Avril podía oír a la multitud gritando su nombre y coreando sus canciones. Sonrió. Había sido un concierto fantástico, el primero que daba en Barcelona desde hacía muchísimo tiempo. Los fans españoles no habían dejado de gritar, saltar y cantar en todo el concierto, en el que había cantado muchas canciones de su nuevo disco, cosa que hizo enloquecer aún más, si cabía, al público.
Tenía 29 años, aunque su aspecto seguía siendo el de una adolescente, igual que su personalidad (o, al menos, eso decían los medios cuando hacían críticas de sus canciones). Estaba delgada, y llevaba el pelo lacio teñido de rubio. Vestía un tutú negro y un body a tono, con un estampado que semejaba un esternón, y calzaba unas botas militares del mismo color. Su rostro era atractivo, y llevaba los preciosos ojos maquillados de negro. No era una cantante demasiado exitosa, sin embargo, llevaba tantos años siendo famosa que tenía una fanbase sólida que le permitía seguir haciendo música.
Se desmaquilló y desvistió, y se puso un pijama corto de rayas negras y rosas, con el rostro de Hello Kitty justo en medio de la camiseta. Se tumbó en la cama y, sin molestarse siquiera en taparse (cosa que tampoco le habría sido necesaria, ya que hacía muchísimo calor), se quedó dormida.
Se despertó de madrugada al oír su nombre, asustada. No era la primera vez que un fan la acosaba, pero nunca se habían llegado a colar en su habitación de hotel.
- ¿Hay alguien ahí? - gritó más que preguntó. - ¿Hola?
No obtuvo respuesta. Sin embargo, se levantó de la cama y encendió todas las luces. Acto seguido, comprobó cada rincón de su habitación, para acabar descubriendo que no había nadie. "Me lo habré imaginado", pensó, y se rió de sí misma al imaginar qué pensaría cualquier persona al verla con todas las luces encendidas, de madrugada, y vestida con un pijama de Hello Kitty. Sin embargo, volvió a oír la voz, y se asustó aún más cuando comprendió que la voz estaba resonando en el interior de su cabeza. "Avril... El espejo...", dijo la voz, y la canadiense se giró hacia el espejo de cuerpo entero que había en la habitación. "Ven... Avril... El espejo...", volvió a decir la voz. Y entonces, como hipnotizada, Avril empezó a caminar lentamente hacia el espejo. Y, cuando creía que iba a chocar contra él, en vez de eso lo atravesó limpiamente...