Érase que se era, en el principio de los tiempos, cuando Adán aprovechó un momento de despiste de Eva para morder una manzana y luego tirársela encima y salir corriendo, el mundo ya estaba dividido en tres partes. La vulgar tierra, el lugar de los humanos para procrear sin parar a causa de que no paran de matarse entre ellos. Y por otra parte, el cielo y el infierno. La idea de los habitantes de ambos mundos místicos es equivocada; pero es que a Dios, un pobre pringao que se quedó sin trabajo y necesitaba inventarse algo grandioso y recurrió al gran libro de su tío de los mayores timos para engañar a la humanidad, tenía que mantener esas ideas entre los pobrecitos humanos para que su historia no naufragara y se quedara en el paro después de tantos siglos. En el cielo, se encuentran las Santas o los Santos, aunque normalmente suelen ser féminas, algunas con apariencia de varón para crear una mayor confusión. El mundo cree que las Santas son seres maravillosos y bondadosos, y esa es la imagen que ellas mantienen. En la actualidad, por supuesto, se han modernizado. Son todo lo que la nueva sociedad guay y alternativa quieren ser, un modelo a seguir, de buena familia, con dinero, creyéndose atractivas, su ropa moderna y cara... Pero esos seres, son solo unos productos de su malvado Dios y el resto de la sociedad, las pobres solo siguen modas y se carazterizan por poseer el don de la mentira y la falsedad.
Por otra parte, en el Infierno, se reunen Satán, Bitelchús y unas cuantas concubinas, a la espera de que nazcan las verdaderas herederas de esas tierras: las putas de Satán. Es aquí donde entran en la historia nuestras queridas TuTa. Satán, en realidad, es Chris Martin, cantante de Coldplay en sus ratos libres y cuenta con sus putas y su asociación Los Satánicos de Chris, a la que también pertenece el novio de una de las TuTa. Estos satánicos, al contrario de las Santas, no se dejan arrastrar por modas, únicamente por sus ideas, por su capacidad para juzgar sin dejarse influir, por sus ideales, por ese odio por el mundo y la sociedad en la que vivimos tan influenciada por ese Dios y su ejército de Santos; y como buenos satánicos que son, se dedican a expresar claramente sus ideas y lo que piensan siempre, sin esconderse. Por este motivo, la sociedad no los quiere porque no les interesa que se sepa la verdad, y mucho menos le interesa a Dios, por lo que los mantienen a miles de metros bajo tierra con una nefasta reputación que se encargan de mantener los Santos, divulgando blasfemias sobre ellos.
Así, desde el principio de los tiempos, existe una guerra entre esos dos reinos, cuyo campo de batalla es la tierra, y que en estos momentos, está en su punto más duro, con las Santas más puritanas de la historia y los verdaderos satánicos que serán los encargados de reinar en el Infierno cuando Chris se retire.