Los Ángeles, EEUU. 2 meses después.
Un teléfono sonó en la lujosa mansión del barrio de Bel-Air, despertando a Avril. De mala gana, la chica estiró el brazo desde la cama y descolgó.
- ¿Si? ¿Quién es? -.
- ¿Av? Soy Rob, de los estudios. Espero no haberte despertado. -.
- No por Dios, quién puede estar dormida a esta hora. -. Bromeó la chica.
- Jajaja, eso pensaba yo. -.
- Bueno, dime, qué pasa. -.
- Verás, tenemos un problema. Nos han encajado a otro grupo más para grabar hoy, y la verdad es que vamos fatal de tiempo. ¿Podríamos adelantar tu sesión un par de horas? -.
- ¿Para las 4? -.
- Si. -.
- Mmmm... Si, no hay ningún problema, pero tendrás que avisar a los demás, ¿no? -.
- No te preocupes, enseguida los localizo y se lo digo a todos. Muchas gracias Av, ¡me has salvado la vida! jejeje. -.
- Si si, me debes una, que lo sepas. -.
- Cuando y donde tú quieras... -.
- Jajaja, idiota... Bueno, nos vemos en... -. Avril miró el reloj - ¡¿4 horas?! ¿¿Ya son las 12?? -.
- Jajajaja, sabía que estabas dormida. -.
- Calla anda, ¿nos vemos en un rato vale? -.
- A las 4. -.
- Allí estaré. -. Y colgó.
Avril salió rápido de la cama y fue directa al cuarto de baño para darse una ducha. Al cabo de unos minutos salió envuelta solo por una toalla. Encendió su equipo de música y puso la MTV en la radio. Le encantaba escuchar la música de la radio mientras elegía que ropa se ponía para ese día, proceso que había llegado a durar una hora en más de una ocasión. Pero ese día era especial. Iba a grabar en los estudios AOL, y dicha sesión sería retransmitida a todo el mundo unos días después por la televisión. Tenía que salir perfecto. Era la última prueba de fuego antes de la gira que empezaba en unas pocas semanas. La gira de promoción por festivales europeos había sido un auténtico éxito. Su nuevo disco estaba siguiendo el camino de ''Let Go'', y en pocos meses ya había alcanzado los 7.000.000 de ventas a nivel mundial. Avril estaba más feliz que nunca. Volvía a estar en un escenario, el lugar que mas le gustaba del mundo. Y los malos tiempos, los tiempos de recordar a Deryck, habían pasado por completo. Y todo había sido gracias a la música. Por todo esto Avril no paraba de saltar y cantar todas las canciones que pinchaban en la radio, mientras decidía que camiseta ponerse.
- Bueno, hemos escuchado I gotta feeling de Black Eyed Peas, son las 12.15 de una preciosa mañana de Sábado. La siguiente canción es el último single del último trabajo de la canadiense Avril Lavigne. ¿qué podemos decir de su último trabajo Allan? ¿Qué opinas? -.
Avril soltó la ropa y se acercó rapidamente al equipo para escuchar mejor la voz del locutor.
- A mi gusto es, sin ninguna duda, el mejor disco que Lavigne ha sacado en toda su carrera. Junta lo mejor de Let Go y Under My Skin. Una madurez increíble en sus letras. Yo creo que no podemos hacer más que aplaudirla y ojalá que se supere con el siguiente disco, porque para mi es de las personas con más talento que hay ahora mismo en la escena músical. -.
Avril no pudo reprimir un grito de alegría. Se dejó caer en la cama, más sonriente que nunca. ''Esto debe ser la verdadera felicidad'' pensó. En ese momento sonó por la radio su último single, el que para todos era el mejor de los tres que había sacado por el momento y en el que sacaba todo el potencial de su voz. Era sin ninguna duda su canción favorita de todo el disco. Mientras sonaba su canción, la cantante permanecía tumbada en la cama. Cerró los ojos y se dejó llevar por sus recuerdos. Su infancia, su primer disco, el éxito, sus amigos... La cabeza se le llenaba de preciosos recuerdos. Por fin había conseguido vivir sin todo lo malo que le había sucedido. Pero aun tenía un recuerdo extraño. El de aquella noche en Glastonbury. Aun no entendía que le pasó por la cabeza con la canción, con David. Por supuesto, se arrepintió a los pocos días de lo que le había dicho. Sabía que había sido muy cruel con él. Incluso había estado a punto de llamarle para pedirle disculpas. Pero en el último momento se echó atrás. Tenía miedo de que David le guardara rencor, o de que no quisiera hablar con ella. Pero sobre todo, tenía miedo de que el recuerdo de Deryck volviera... Su canción había terminado. Avril dejó de pensar, se levantó y volvió a observar su ropa. Solo podía suspirar al ver las decenas de camisetas que podía ponerse.
- Menuda tarde me espera... -.
Al cabo de 40 minutos, tras haber probado unas 9 combinaciones distintas, bajó con la ropa elegida a la cocina donde la planchó y la dejó lista para luego. Miró el reloj. La 1 y media. Se preparó algo rápido de comer, guardó su ropa en una bolsa y se montó en el descapotable. Tenía que llegar con más de 1 hora de antelación para hacer la prueba de sonido, cambiarse, maquillarse... Afortunadamente el estudio (que consistía en una nave enorme con varios estudios en su interior) estaba cerca, y no tardaría más de 20 minutos en llegar. Mientras el viento ondeaba su pelo se preguntaba que otro grupo había sido el causante de que adelantaran su hora de grabación. Para cuando quiso darse cuenta ya había llegado al estudio. Estaba claro que las 2 y media de la tarde no era una hora en la que la gente soliera coger el coche. Avril cogió la bolsa con sus cosas y se bajó del coche. Enseguida pudo ver que había más jaleo que nunca en la enorme nave: camiones descargando equipos, gente entrando y saliendo, etc. En la puerta Avril se cruzó con varios empleados que ya conocía de otras sesiones. Después de saludarles preguntó:
- ¿Sabéis donde está Robert? -.
- Si, creo que estaba en su despacho, con el teléfono, ya sabes... -.
Avril sabía a lo que se refería. Robert Howard, dueño de los estudios AOL, era la persona que pasaba más horas al teléfono. Avril calculó que podrían ser unas 18 al día. Siempre estaba arreglando citas, hablando con managers, acordando sponsors, etc. Aun así, siempre daba un trato realmente cercano a todos los músicos que pasaban por sus estudios, y así se había ganado la confianza de muchísimas personas, entre ellas Avril. La chica caminó por varios pasillos y llegó a una puerta. ''Robert Howard, director.'' Entró sin llamar, como siempre le había dicho Robert que hiciera. Y allí estaba él, colgado del teléfono como siempre.
- ¡No! ¡No! ¡Te dije que no! Dijimos que a las 12, y las 12 son las 12, aquí y en la China, ¿me entiendes? Bien, tengo que colgar, te dejo. -. Colgó el teléfono y se acercó a Avril para darle un abrazo.
- Avril... Dios, mi niña favorita, ¿qué tal estás? -.
A Avril le encantaba que la llamara ''su niña''. Robert tenía 44 años, y por la confianza y la ayuda que le había dado a Avril, era casi como su 2º padre.
- Muy bien Rob, ¿y tú qué tal? ¿Estabas hablando con un cliente? -.
- Con mi hija. Que ahora quiere llegar a la 1 a casa. Y quedamos en que a las 12. Dios, me trae de cabeza. -.
- Igual la quieres demasiado... -.
- A ti también, y no me desobedeces tanto. -.
- Jajajaja. -.
- Y bien, ¿preparada? -.
- Nací preparada. -.
- Lo sé, jajaja. -.
- Tenéis mucho jaleo hoy, ¿no? -.
- Si si, ya sabes, 2 grupos el mismo día, jamás había pasado algo así. -.
- Ya debe ser importante el otro grupo. -. A Avril ya le picaba la curiosidad.
- Lo es, sin duda. -.
- ¿Y quienes son? -.
Un telefono los interrumpió. Rob miró el número.
- ¡Mierda, mi mujer! -.
- Jajajaja. -.
- Hablamos luego, ¿vale Av? -.
- Por supuesto. -.
Rob descolgó y Avril salió del despacho. Antes de cerrar la puerta del todo pudo escuchar algo así como ''¡¡No, le dije que a las 12!!''. Avril se alejó riéndose por el pasillo en busca de su camerino. Tras andar por varios pasillos y cruces llegó a la puerta de su camerino. El cartel rezaba ''Avril Lavigne - Dressing Room''. Se dispuso a entrar pero algo la interrumpió. De la puerta de enfrente salía música. Era otro camerino, pero el cartel solo decía ''Dressing Room 2''. Avril acercó la oreja a la puerta, intentando identificar esa música. Una sensación extraña la invadió. Nunca había escuchado nada parecido. Necesitaba escuchar mejor esa canción. Guiada por un impulso del corazón, abrió la puerta del camerino.