Aquí sigo con mi historia, espero que os guste:
ÑIIUN-hizo la puerta al abrirse.
-¡Vaya vaya, parece que tenemos a alguien aquí!-dijo Jessica.
-Pum!-Avril salió a su encuentro, dando a la puerta contra la pared.-¿Qué pretendes, imbécil? ¡Deja a Evan en paz!
-¿Qué pretendes, qué pretendes?¡Ja, ja, ja!-se burló Jessica. -No creerás que Evan te prefiere a ti, no? ¡Vamos, querida, tengo más experiencia que tú en esto de conseguir a los chicos!
-¿Qué? O sea que sólo lo quieres como si fuese un trofeo, pues mira ¡quédatelo tú!-Avril salió del baño y cuando pasó por delante de Jessica, exclamó "¡ZORRONA!"
-Pe... pero de qué va ésta? ¡Ahora sí que te haré daño, Avril Lavigne! Donde más te duele-sonrió maléficamente.
Al acabar las clases aquel día, Avril no esperó a Evan junto al árbol que había cerca de la entrada, como siempre, sino que se fue directa hacia su casa, sin hablar con nadie y mirando hacia el suelo.
-¡Hola hija!-la saludó su madre al entrar en casa.
-Uhm... hola...-murmuró Avril abatida por dentro.
-¿Qué te ha pasado? No te veía así desde aquel día en que te pusiste mala para el concurso de karaoke del año pasado.
-No me pasa nada. ¿No puede una estar seria sin que le pase nada?
-Pero Avril, yo sólo...
Avril se dio la vuelta y subió las escaleras para ir a su habitación. -¡Ay, qué dura es la vida!-dijo, y tumbándose sobre la cama, comenzó a cantar hasta que se le secó la garganta, y fue entonces a por un vaso de agua.
Al entrar en la cocina, no llegaba al mueble donde guardaban los vasos, y cogió una silla.
-¡¡¡¡Din dong!!!!-hizo el timbre de su casa.
-¡VOY YO!-dijo la madre de Avril.
-¡Ah, hola Evan, pasa, pasa!
-¡Buenas, señora Lavigne!
¡No puede ser!- dijo Avril para sí.
Al instante, Evan entró en la cocina.Su pelo rubio resplandecía bajo los rayos del sol que entraban por la ventana de la cocina.
-¡Míralo, si parece un ángel!-pensó Avril. -¡¿Qué, ya has terminado de besarte con Jessica?!
-¿Qué? ¡PERO QUÉ DICES! "Jessi" y yo no somos novios.
-¡¿Oh, ahora la llamas Jessi, eh?! ¡Venga Jessi, vamos a burlarnos de Avril, ella no significa nada para mí! ¡Eres un traidor! ¡Te fuiste con el enemigo! ¡Ella no es de fiar!
-Vale, pues sabes qué te digo? ¡Que paso de amigas celosas que sacan conclusiones erróneas y no se fían de mí!-la respondió ofendido Evan.
Y mirándola fijamente casi con lágrimas en los ojos por haber dudado de él, se dio media vuelta.
-¡No, no Evan espera!¡Vuelve por favor!
¡¡¡¡Pum!!!!
-¡Eres una idiota, idiota idiota Avril!-dijo ella. -¿Por qué había sido tan cruel con Evan? Es cierto que él no salía con ella, pero, aún así...no quería perderle. Tenía miedo de que Jessica le hiciera daño o los separara para siempre.
Los días siguientes Avril los pasaba sola, en el baño. No quería hablar con nadie, sólo hacer las paces con Evan y que Jessica se pirase. ¿Pero qué podría hacer ella contra esa malvada niña?