Hobbs sintió un escalofrío que terminó con una explosión cálida en su interior. Luego se apartó, la miró y se perdió en el azul de sus ojos. Otra vez, trató de besarla; con las manos rodeo su cintura, se acercó y se mantuvo a un dedo de distancia frente a ella... Entonces una voz a sus espaldas los sorprendió: