UNA NOCHE DE DISCOTECA CON AVRIL
(inesperada prensa rosa por la intrépida reportera Toria)
Arresulta que esta vez es Avril la que viene a mi casa porque ha sabido que es mi cumpleaños y que a ver qué planes tengo. "Pos leerme las obras de Virginia Woolf pa saber lo duro que es ser mujer", le digo. Y dice que me deje de rollos o se me hinchará aún más la cabezota, y que hoy toca irse de juerga. Yo, que soy muy seria, no me decido, pero al final nos vamos. Abajo está el Deryck con el coche. "¿Nos acompaña?", pregunto. "Sí, en coche a la disco, y luego se vuelve para su casa, que esta es noche de chicas, y a él le toca quedarse guardando el hogar, cerveza en mano", dice Avril. Se nota que la cosa no le gusta a Deryck, que está de mala hostia y apenas me saluda. Salimos en el coche a toda hostia que no sé cómo no nos matamos. Deryck nos deja a la puerta y se va también en plan piloto de carreras y sin decir ni adiós. "Está un poco picado", dice Avril, "pero ya se le pasará."
Entramos en la disco, que es uno de los clubs habituales que visita Avril, y enseguida la saluda gente, pero sin atabalarla, o sea, en plan fino y amistoso. Tenemos consumiciones gratis, y a ver qué tomamos. "Yo, naranjada", digo, "que el alcohol no me sienta bien". "No seas cursi, hoy hay que entromparse", dice Avril. Bueno, pues entonces, champañito es lo más fuerte que puedo tomar, pero le pido que me controle, que a la segunda copa empiezo a desmandarme. "No te preocupes, que te va a controlar tu tía", dice Avril. Por lo visto también ha invitado a mi tía, pero como está oscuro no la veo.
A las que sí veo es a dos guarras que bailan y se refriegan entre sí. Una me parece conocida, pero no pillo. Avril me dice con cara de asco que son la Britney Spears y la Hilary Duff. Pregunto si habrá bofetadas. Avril dice que seguro porque todas ellas tienen ganas de hincharse las mejillas una a la otra. ¿Y por qué bailan tan apretadas si se tienen asco? ¿Serán lesbiosas? "No, ya te lo contaré luego", dice Avril misteriosamente.
Le pregunto si hay chicos que me gusten aquí, o sea, el Keanu Reeves o el Arsenie de O-Zone, pero dice que no. "En todo caso, Toria, no te preocupes: a la que estés bien rellena de champán, encontrarás buenorro hasta al Bush", dice Avril, Qué horror, qué espanto.
Le pregunto si es verdad esas cosas que se cuentan de que la gente se droga en los váteres. "Qué ordinariez, oye. ¿De dónde lo has sacado? ¿Tú sabes la infección que se pillaría drogándose en los váteres? Puaff...", dice. Entonces, ¿es una leyenda urbana? "Tú misma, oye. Si te drogas en un váter no pillas un colocón: pillas la triquinosis", dice. O sea, que aquí hay finura, vaya.
En eso, una rubia como de bote se pone a cantar en un pequeño escenario que hay para actuaciones. Lo hace en plan horrible y cutre. Quién es, pregunto. "Paris Hilton, que ahora va a sacar un disco". Se me atraganta el champán. Pero si es horrible, canta con el culo, digo. "Ahí está el mérito"·, dice Avril enigmáticamente.
Después de hacer ver como que ha cantado y de recibir cuatro silbidos, la Paris en cuestión se nos acerca. Saluda desdeñosa a Avril y me mir con cierto interés. "¿Quién es ese bicho?", pregunta. "Una amiga", dice Avril. "¿Eres menor de edad?", dice Paris. Le digo indignada que no, que hoy es mi cumpleaños y hago 25, oye tú. Paris recplica: "Entonces no me interesas, yo últimamente vendo drogas a los menores para sacarme un dinerillo extra. ¿Te ha gustado como canto, tía?". Le digo que mi gato maúlla con más gracia. "Claro, guarra, qué has de decir tú. Amiguita de Avril, claro. Pues que sepas que voy a promocionar mi disco saliendo desnuda en la portada de una revista y atada con cuerdas, para ir calentando a mis fans", dice. Ah, ¿pero es que tienes alguno?, digo. "Vigila lo que dices, guarra", dice Paris. "No faltes a mi amiga", me defiende Avril, "Que te den". "·Que te den a ti, petarda". Tras tan cariñosas frases, Paris se va meneando el culo y yo me tomo otro copazo pa rebajar la tensión. "Anda, vamos a la pista a bailar", dice Avril.
Nos vamos a la pista y Avril no hace más que mirar a todos lados, como si buscara algo. Entonces dice: "Oye, Toria, cuando te lo diga, restriégate fuerte contra mí". Me asusto. "¿Qué dices, Avril?", me escandalizo, "eso son lesbiosidades y nosotras somos amigas". "Calla, burra, que no es eso, luego te lo contaré", dice Avril, "tú refriégate cuando te lo diga, piensa que soy el Keanu ese". A mí todo eso me da un poco de miedo. "¡Ahora!", dice de pronto Avril, y antes de que yo reaccione, se me echa encima y empieza a restregarse contra mí y a arrambarme que casi me caigo al suelo, pero me aprieta con fuerza contra ella. Y en ese momento, empiezan a hacernos todo de fotos con flases y cámaras y de todo. Venga fotos y venga arrambar la Avril y a reírse como loca. A la que los fotógrafos se cansan, se separa de mí y les empieza a hacer cuernos y a enseñarles el dedo medio. Yo me animo y les hago una buena butifarra, que pa eso soy catalana.
De vuelva a nuestra mesa, y mientras me sirve la quinta copa de champán sin piedad alguna, me explica: "Todo esto lo hago para fastidiar a la prensa esa del morbo. Así que a veces, cuando vengo con amigas, y los veo por ahí revoloteando, empezamos a arrambarnos y eso, para que nos saquen fotos y digan estupideces. Como con esa prensa es imposible tratar en serio, pues les tomamos el pelo y nos reímos de ellos". Ya, ya, pero los fans se lo tomarán en serio... "Qué va. Los fans son más inteligentes. A unos les dará igual, porque no se meten en esas cosas; las chicas igual me quieren más, mira; los gays me creerán uno de ellos y los no gays se consolarán ya que como tampoco me iba a casar con ellos, pues así se consuelan. Y la prensa, haciendo el ridículo, que es lo que interesa." Ya ya, pero ahora la lesbiosa pareceré yo. "Calla, burra, ¿y lo que nos hemos reído?", dice.
A todo eso, vamos ya por la ¡tercera! botella de champán, y yo no sé muy bien lo que ocurre a partir de ese momento. Lo último que oigo es algo así como "Vamos a buscar follón con la Britney", y alguien con una voz muy parecida a la mía dice "¡Sí, y con el putón de la Paris!". De lo siguiente, me enteré por las revistas y los diarios que mi hermana me tiró a la cara mientras al día siguiente me reponía del inmenso resacón.
En uno decía: "Gran juerga de Avril lavigne con una desconocida en uno de sus clubs habituales. Por lo visto Avril ha cambiado a su novio Deryck por una extranjera rumana con la que bailó agarrada la otra noche". Y se veía una foto de nosotras bailando en la pista, cuando el famoso agarrón. Otro decía: "La amiga búlgara de Avril Lavigne da una paliza a Paris Hilton". Y se me veía sentada sobre la Paris mientras le ponía la cubitera del champán por sombrero. Al fondo, Avril le daba una patada a la Spears aprovechando que nadia la veía, o eso se creía ella. En otra revista, y acompañado de una foto a la salida del club en la que Avril y yo hacíamos butifarra a los periodistas, decían: "La nueva amiga íntima de Avril, una serbocroata de quince años y de origen noruego, llamada Toria por el dios Tor de los vikingos, explica que Avril y ella llevan el mismo tatuaje en la nalga derecha, una butifarra de Vic, conocida aldea de los fiordos noruegos, y que se hicieron para reafirmar su digamos amistad. ¿Lo sabrá Deryck?".
Por si acaso, fui a un espejo para ver si lo del tatuaje era verdad. No lo era, pero a ver a quién convenzo de ello sin enseñarle el trasero...
