EL MISTERIO DE LOS CLONES DE AVRIL
(audaz investigación detectivesca por la intrépida reportera Toria)
Pos va y me llama el Deryck, que tiene un problema muy gordo con Avril. Alto ahí, le digo, que yo soy prensa fina y veraz, no rosa y warra. No, dice él, no es nada de eso, pero que vaya a su casa que prefiere lo vea por mí misma, que no tiene a quién recurrir ni en quién confiar. Ahí me ha tocao la fibra sensible, que a servidora se la gana con finuras y halagos. Así que voy p´allá con la bici a toda hostia, que a ver cuándo me la pego, y al llegar a casa de Avril y Deryck llamo flojito con los nudillos pa que se vea que cuando conviene hay discreción.
Me abre el Deryck y ná más entrar oigo un bullicio de gritos y discusiones por alguna parte de la casa. El Deryck me lleva a un despachito que tiene en la planta baja y me cuenta lo que pasa.
--Verás, resulta que cuando Avril empezó a cantar un tipo de su equipo de producción estaba empeñado en formar un grupo de chicas, pero el mánager de Avril se negó y quería lanzarla en solitario, como se hizo. Pero ese tipo era hijo de un científico premio Nobel y una noche se introdujo en el camerino de Avril y se llevó unos pelos suyos del lavabo. Con ellos, su padre creó cuatro clones de Avril y los mantuvo in vitro con agua de Vichy catalán para que crecieran más rápido, pues el Vichy, al ser catalán, ahorra tiempo, y en un año hace crecer al clon cinco o sea que estos clones tienen ya la edad de Avril, y han venido las cuatro esta mañana a casa y quieren formar el grupo de chicas, y todas dicen ser la verdadera Avril.
Como yo alucinaba en colores, que dice mi hermana la carroza, Deryck me llevó hasta el salón de las visitas y allí vi con asombro cinco Avril Lavigne, cinco chicas iguales menos en la ropa, que sólo variaba en el color de la camiseta y los vaqueros. ¿Cuál era la verdadera Avril?
--¡Yo!
--¡Calla, zorra! ¡Soy yo!
--¡Guarras, sinvergüenzas! ¡Yo soy la auténtica!
--Pero si todas lo somos...
--Yo sí, vosotras no.
Deryck me dijo que él era incapaz de distinguir cuál era la auténtica, porque todas afirmaban serlo. ¿Y en la intimidad?, pregunté picarona. Deryck dijo que ya le gustaría... o sea, que ya le gustaría saber cuál era, pero que no puede probarlo (no por falta de ganas) porque la auténtica le arañaría los ojos.
Ver cinco Avril Lavigne poniendo mala cara y peleándose entre ellas y chillando marea un poco, la verdad. Es que hasta se habían maquillado igual y no era posible ver ninguna diferencia. El Deryck se desesperaba. ¿Cómo averiguar cuál era la Avril de verdad? Se me ocurrió preguntarles cosas sobre Avril, pero todas se sabían las respuestas. Por lo visto, las habían mantenido informadas de toda la vida de Avril en vista a eso. Se me ocurrió preguntarles algo que sólo la de verdad podía conocer.
--¿De qué color eran las cortinas del hotel donde te hospedaste en Barcelona el 2005 cuando viniste para dar un concierto? --pregunté mirándolas a todas fijamente.
--Azules.
--No había cortinas.
--Blancas.
--¿Qué hotel? Si del avión fui corriendo a la sala del concierto y luego de ésta al avión otra vez?
--Amarillo cadmio claro.
Deryck me miró expectante. ¿Cuál era la respuesta correcta? Tuve que confesar que no la sabía, pues no tenía ni idea de en qué hotel se había hospedado en Barcelona. Aquello hizo que las cinco se pusieran furiosas contra mí.
--Burra.
--¿Quién se supone que es esa tía?
--¿De qué zoo la has sacado?
--Las gafas son más grandes que su cabezota.
--¿Se supone que eso es amiga mía?
Era evidente que debía recurrir a algún otro medio, así que me devané los sesos pensando qué habría hecho el señor Sherlock Holmes en mi lugar, que tuve que estudiar para otro caso. Y se me hizo la luz.
--Quiero estar a solas con cada una de ellas curante unos minutos en alguna habitación sin que las demás oigan nada.
El Deryck me indicó el dormitorio de arriba, y yo subí a él tras decirle las hiciera subir de una por turno. A la que dijo "Va a subir tu tía de Reus" le dije la dejara para el final, a ver si se calmaba un poco. Mientras subía la escalera, tomé cierto utensilio que vi en una habitación. Una vez en el dormitorio, me dediqué a esperar.
Llegó la primera Avril. Le pedí que hiciera cierta cosa y accedió. Luego le dije que ya podía irse. No era Avril. Como tampoco la segunda, que también accedió a hacerlo. Ni la tercera ni la cuarta, que todas ellas obedecieron sin problema alguno.
Entró la quinta Avril, que sin duda debía ser la de verdad, pero aun así debía pasar la prueba como las demás. Le señalé la guitarra que había subido conmigo y le dije:
--¿Puedes cantarme "Complicated"?
--¡Te va a cantar "Complicated" tu puñetera tía, hostia, estoy ya de esa canción hasta el... gorro! --gritó Avril, agarrando la guitarra y atizándome con ella sin piedad alguna.
No había duda: esa era la verdadera Avril.
Deryck subió a todo correr al oír mis gritos de dolor y mientras recogía los trozos de guitarra del suelo (que Avril había roto contra mi espalda) le dije que esta era su verdadera Avril.
Abrazos emocionados, besotes entre Avril y Deryck, Deryck me abrazó emocionado también, dándome las gracias y bajó a echar a patadas a las cuatro clones a la calle, que gritaron se irían con Evan, a ver si le convencían para el grupo de chicas más un chico. Avril me abrazó y dijo que sentía haberme pegado, pero es que cuando le pedí eso.. se puso negra. Le dije que no pasaba nada.
Al salir de casa de Avril tuve que emplearme a fondo con la bici, porque las cuatro clones me esperaban para vengarse de mí.